Elegir un buen calzado es esencial para cualquier actividad deportiva, especialmente para evitar lesiones y rendir más durante el entreno o la competición. Sin embargo, no es raro ver a jugadores de todos los niveles, tanto principiantes como experimentados, cometer errores importantes al comprar sus zapatillas. En el caso concreto del pádel, debe responder a exigencias concretas, desplazamientos explosivos, giros constantes y agarre en superficies específicas.
De este modo, al elegir tus próximas zapatillas de padel, lo primero que debes hacer es asegurarte de que están diseñadas específicamente para este deporte y no para otros similares, como el tenis o el running. La diferencia no solo está en la suela, también en la estructura y el tipo de amortiguación. De hecho, este es el primer error que se comete de los más habituales que se van a desarrollar en este artículo.
1. Usar zapatillas no específicas para pádel
Muchos son los jugadores de pádel que usan calzado de tenis o incluso de running, lo cual es un gran fallo. Las zapatillas de tenis han sido desarrolladas pensando en superficies duras, como el cemento o el césped artificial, pero no se adaptan al tipo de agarre que demanda una pista de pádel. Por su parte, las de running están diseñadas básicamente para avanzar en línea recta, siendo un problema a la hora de frenar en seco o desplazarse lateralmente.
2. No prestar atención al tipo suela
Otro error común es ignorar el tipo de suela. En el pádel, el agarre lo es todo. Una suela inadecuada puede hacerte resbalar o provocar una torsión innecesaria en las articulaciones. Las más recomendadas para pistas de césped artificial con arena son las de tipo clay o espiga, ya que permiten deslizar sin perder tracción. También existen suelas omni y mixtas que combinan agarre con fluidez de movimiento.
No conocer las diferencias entre estos tipos de suela puede costarte más de un susto en la pista.
3. Decantarse por la estética antes que asegurar la funcionalidad
Es fácil caer en la tentación de comprar las zapatillas más vistosas o las que llevan los jugadores top del circuito Premier Padel. Pero lo más importante no es el diseño, sino cómo se adapta el calzado al suelo, a tu tipo de pie y al estilo de juego. Una zapatilla ligera puede ser fantástica para un jugador explosivo, pero no para uno que necesita más estabilidad.
Por eso, lo ideal es probar distintos modelos o leer análisis técnicos de confianza antes de comprar. Algunas marcas, como Babolat, cuentan con gamas adaptadas a jugadores de todos los niveles y estilos, priorizando siempre la ergonomía, la amortiguación y el agarre.
4. No revisar el estado de las zapatillas
Con el uso, la suela pierde dibujo y agarre, la amortiguación se comprime y el tejido superior pierde sujeción. Aunque por fuera parezcan en buen estado, un calzado deteriorado aumenta el riesgo de lesiones de tobillo, rodilla o incluso cadera, así que es fundamental saber cuándo ha llegado el momento de renovar el calzado de pádel.
Una buena regla general es revisar el calzado cada 6 meses si juegas una o dos veces por semana. Y si notas que te resbalas más de lo normal o terminas los partidos con dolores inusuales, probablemente sea hora de renovarlas.
5. No tener en cuenta las características del usuario
El peso, la frecuencia de juego y la posición en la pista influyen mucho en el tipo de zapatilla que se necesita. Un jugador más pesado requerirá más amortiguación. Uno más técnico, mayor sensibilidad con el suelo. Y un jugador que defienda más que ataque buscará zapatillas con mejor sujeción lateral.
Elegir zapatillas sin considerar tu perfil de jugador hace que baje el rendimiento o que se sufran molestias innecesarias tras los partidos.
Evitar estos errores comunes que se han comentado en este artículo te ayudarán tanto a mejorar tu rendimiento como a evitar lesiones. Y si quieres ampliar información sobre otras prácticas y no sufrir torceduras, contusiones u otro tipo de molestias, este artículo sobre calentamiento, estiramientos y fisioterapia será de gran utilidad.
