Agostino Di Bartolomei

Agostino Di Bartolomei

En 1979 la AS Roma pasó a estar presidida por Dino Viola, quien contrató al entrenador Nils Liedholm y realizó muy buenos fichajes para el club. La «Rometta» intrascendente y mediocre de los años 70 pasó a ser un equipo importante y obtuvo buenos resultado, títulos, prestigio y, sobre todo, el recuerdo del fútbol vistoso que practicaban. Sería una versión italiana de principios de los años 80 del Barça de los últimos años, salvando las distancias. Bajo la dirección de Liedholm lograron tres Copas de Italia, un Scudetto y jugaron la final de la Copa de Europa de la temporada 83-84 frente al Liverpool (en el Olímpico de Roma). Los jugadores principales de dicho equipo eran Pietro Vierchowod, Carlo Ancelotti, el brasileño Paulo Roberto Falcao, Bruno Conti y, sobre todo, el capitán Agostino Di Bartolomei, romano, romanista y de la cantera.

En el anterior contexto futbolístico, Di Bartolomei era un centrocampista que jugaba de líbero y que hacía gala de carisma, continuidad y, en especial, inteligencia táctica. Sin embargo, carecía de chispa y de esfuerzo físico. Lo contrarrestaba con una lectura perfecta del juego, pensaba más veloz que los demás. El puesto de líbero, prácticamente extinto por la llegada de las defensas en zona, era un puesto muy específico y que muy pocos jugadores estaban preparados para ocupar con éxito. Era un defensa central que no marcaba al hombre y, por tanto, quedaba libre. Lo tenía que desarrollar un jugador de construcción con un gran sentido del juego colectivo y un posicionamiento perfecto en el terreno de juego en cada momento del partido. Otro líberos de renombre de la época eran Franco Baressi (Milan), Gaetano Scirea (Juventus) o Uli Stielike (Real Madrid). Los últimos líberos de talla internacional han sido seguramente Matthias Sammer, Frank De Boer, Roberto Néstor Sensini y Lothar Matthäus en su última época en el Bayern. 

Con la capacidad de sacar la pelota jugada desde la linea defensiva con una limpieza y con una sencillez impecables, también era goleador ya que poseía un buen disparo a puerta y era un habitual desde el punto de penalti, que a veces tiraba sin tomar «carrerilla». En la temporada en la que la Roma ganó el Scudetto, 1982 – 1983, fue el segundo máximo goleador del equipo junto con Falcao. 

La derrota en casa de la final de la Copa de Europa de la temporada 1983-1984 contra el Liverpool, la llegada al banquillo giallorossi de Sven Goran Eriksson provocó que la Roma tan romántico de esos primeros años 80 pasara a a ser una Roma mucho más física y veloz. La consecuencia es que Agostino Di Bartolomei puso rumbo a Milán. Sus últimos clubes serían Cesena y Salernitana. 

Di Batolomei se quitó la vida el día 30 de mayo de 1994 en Castellabate, donde vivía, con un tiro en el pecho con su pistola Smith & Wesson del calibre 38, justo diez años después de la final de la copa de Europa. El jugador dejó una nota explicando su gesto, en la que se hacía referencia a que el mundo del fútbol le había cerrado las puertas, sintiéndose prisionero en un agujero. 

Con motivo del 20 aniversario, la Federazione Italiana Gioco Calcio sacó una nota en la que decía:

«Un capitano vero, un leader silenzioso, schivo, che ha fatto la storia della Roma …A vent’anni dalla sua scomparsa, la Figc ricorda Agostino Di Bartolomei, bandiera della Roma negli anni Settanta e Ottanta e simbolo di un calcio romantico fatto di cuore, polmoni e grinta. E di talento, perché ‘Ago’ ne aveva da vendere, con un’intelligenza tattica molto superiore alla media e una potenza nel calciare che lo ha portato a realizzare anche diversi gol, …»
«Un verdadero capitán, un líder silencioso, tímido, que ha hecho la historia de Roma … Veinte años después de su muerte, la FIGC recuerda a Agostino Di Bartolomei, bandera de la Roma de los años setenta y ochenta y símbolo de un fútbol romántico hecho de corazón, pulmones y polvo. Y con talento, porque Ago tuvo que jugar con las armas de una táctica de inteligencia muy por encima de la media y una potencia de disparo que le llevó a marcar bastantes goles».
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